Mr. Mercedes, 3ª temporada. Capitulo 2: Locura.

Capitulo 2: Locura.


P: 6/10


Dirección: Jack Bender.

Ante la falta de acuerdo entre fiscal y abogado defensor el juez Raines, al verla delante de el, decide que le hagan una evaluación siquiátrica para determinar su competencia mental y si puede ser juzgada... tal como le confiesa a su abogado,  Brady sigue atormentándola.


Morris y Alma (la que le conto lo de los manuscritos de John Rothstein y la que le cuenta lo que hizo este cuando fue a pedirle ayuda por una enfermedad, elle, que había sido amante de él) trazan un plan para recuperar su botín en el que van viendo las diferentes posibilidades de los vecinos de la zona.


Pete a pesar de que es un niño inteligente, comete su primer error. Estúpidamente se compró un par de zapatos de 300 dólares con el dinero del robo, haciendo que sus padres pensaran que podría estar vendiendo drogas. Se está volviendo un adicto, pero de los manuscritos no publicados de Rothstein, que va devorando con entusiasmo.


Descubren, gracias a una llamada anónima, el cadáver en el coche accidentado, sabemos que llamo el joven Pete, sabemos que fue el buen samaritano de Morris, el que lo llevo al hospital...

Comentarios: Se nota, se siente que Mr. mercedes no está presente...el gran fallo de la serie es adaptar el segundo libro de la trilogía como última temporada. El efecto de no estar Brady, el de saber que está muerto y bien muerto gracias a Lou pues es devastador. No importa ahora que Lou lo oiga, que se sienta amenazada por el o por su fantasma, no, no...y ese artificial efecto de que vea a Brady en su habitación del hospital siquiátrico es ridículo aunque veremos por donde quieren ir los guionistas que me parecen tuvieron que fumarse más de una docena de porros...


Y destacar aquí a tres personajes que enseguida nos cazan: Gabriel Ebert como Morris Bellamy, ya destacado en el primer capítulo; al soberbio Glynn Turman como ese Juez Raines, y a Kate Mulgrew como Alma Lane...y una escena muy peculiar: Bill y Montez en el depósito de cadáveres, como este le insiste en que debe ver el cadáver del escritor y, poco después, como insiste, hasta que lo consigue, que lo toque...