Capitulo 4:
Hierro, fuego, veneno y calumnia.
Las esquelas
de cuatro antiguos magistrados aparecen en el periódico de Linares. Nada extraño,
salvo por un detalle: tres de esos cuatro hombres todavía no han muerto, el
primer magistrado de esa macabra lista ha sido asesinado.
Mientras
tratan de mantener con vida a los jueces, la investigación sacará a la luz la
identidad del asesino y, también, el oscuro secreto que ha puesto en marcha
esta venganza. Por primera vez en mucho tiempo, Ros cuestionará su fe en la
justicia.
Pero ésta no
será la única dificultad a la que tendrá que enfrentarse. Juana sigue escondida
en la pensión tras huir de la partida de El Estepeño; acorralada y temerosa de
confesarle la verdad a su hijo, a la vez que intenta ayudar a Víctor a resolver
el caso que le ha traído hasta ese pueblo: el oro del Banco de España. Una
búsqueda que, por primera vez, pondrá a Ros frente al hombre que está detrás de
ese gran robo, De la Rubia...del que saldrá con vida por los pelos y la ayuda
del sargento Giralda, siempre entre dos frentes.
"Interesante y un tanto
pretencioso el tema de los cuatro magistrados. Los guionistas hacen un buen trabajo
aunque a veces es difícil, por ejemplo en esa huida de Ros "in
extremis" hacia dentro en vez de ir hacia el sargento o como ese mismo
sargento lo vuelve a salvar varios minutos más tarde (por cierto al puntería
del mismo con la pistola es de campeón olímpico)...
La presencia de Lola va avivando
fuegos y echando chispas, se masca pasiones incontrolables"
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